Pero al paso que vamos lo que le falta al gobierno es trancar la entrada de la asamblea y allí si que estaríamos perdidos, y eso es lo que ellos buscan.
Por Danny Leguízamo @DannyLeguizamo.- Debate abierto. Hay facultades de la Asamblea Nacional tan expresamente reflejadas en la Constitución, que resultaría ocioso discutir e interpretar los artículos que le otorgan al Parlamento facultades de control sobre el resto de los Poderes Públicos. Pero hay, por razones políticas –en realidad cálculos politiqueros-, quienes se han dedicado a darle la vuelta en 180 grados a todo el articulado de la Constitución.
Desde el CNE, pasando por el Ejecutivo hasta llegar al inefable Tribunal Supremo de Justicia, cuyos integrantes, de hecho, ya abolieron el texto constitucional y se han erigido como un supra-poder que protege a sus pares de todo aquello que intente la Asamblea Nacional. Como dijimos, la única facultad intacta del Parlamento, a estas alturas, es la posibilidad de regular cuánto café y agua (la manzanilla se acabó) puede servirse en el salón adjunto del Hemiciclo de sesiones. Para todo lo demás, existe el Tribunal Supremo de Justicia y su Sala Constitucional.
Y estas dos semanas, en vista de la gravedad de la crisis alimentaria que sufre todo el mundo –desde El Hatillo hasta El Junquito, parafraseando a Rómulo Betancourt-, el Parlamento investido de legalidad y legitimidad, requirió la comparecencia de Rodolfo Marco Torres –Ministro de Alimentación-, a fin de que explique sus actuaciones al frente de dicha cartera.
Como era de esperarse no compareció (“es contumaz su incomparecencia”, dijo Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional) y así fue como la AN aprobó su primera moción de censura, tras las órdenes de compra con sobreprecio firmadas por Torres que mostró Carlos Berrizbeitia (MUD), y cuya veracidad no quería creer Ricardo Sanguino (Psuv). Lo anterior implicaba una posterior destitución por parte del Presidente de la República a su Ministro de Alimentación.
Horas antes del episodio, que me resultó una mezcla entre lo ridículo, absurdo e indignante, algún diputado de la MUD me dijo:
-¡Hermano! ¡Aquí lo que falta es que el Gobierno atraviese unas tanquetas frente al Palacio!
Un fujimorazo es lo que falta. Un asalto a la AN, el único resquicio de debate que nos salvaría del infierno. La última rendija de civilidad. Y es que a esa Asamblea, le quitaron ayer hasta la posibilidad de reformar la Ley del Tribunal Supremo de Justicia. Debate cerrado.
Es una realidad que debemos contemplar y no quedarnos de brazos cruzados frente a ella, tenemos que movilizarnos y hacerle frente a esta posibilidad, debemos salir a las calles, a que la gente tome conciencia de la situación y seamos más los que luchemos por el cambio en Venezuela.
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