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lunes, 11 de julio de 2016

División interna del chavismo se refleja en su discurso (Detalles)

La profunda crisis económica y el desabastecimiento en el país alcanzaron cifras históricas que han devenido en distintos hechos de violencia y pérdidas materiales y humanas en Venezuela.

A pesar de que el gobierno de Nicolás Maduro ha ocultado los indicadores económicos de inflación desde enero, expertos señalan que alcanzaría un 500% para el último trimestre de este año.

El Ejecutivo y todo su tren ministerial han sacado sus propias conclusiones sobre lo que podría estar causando tan alarmantes niveles de escasez, aunque parecen no ponerse de acuerdo con el argumento.

Guerra económica

El presidente Nicolás Maduro señaló que el desabastecimiento de productos básicos se debe a una “guerra económica” por parte de empresarios y opositores a su mandato, con la intensión de provocar un caos en los mercados internos y derrocarlo.

68% de los venezolanos no creen en la “guerra económica”

Esta tesis ha sido constantemente ratificada por todo el tren ejecutivo a través de distintas premisas.

La caída de los precios del petróleo

La debacle en los mercados mundiales del crudo afectó notablemente a Venezuela, quinto mayor exportador mundial del oro negro y dueño de la principal reserva petrolera del planeta.

El exceso de oferta, principalmente por la gran producción de los lideres exportadores como Arabia Saudita e Irán, ante una demanda mucho menor llevó al precio del barril de petróleo a su índice histórico más bajo: 20 dólares el barril. Apenas tres dólares más de lo que cuesta producirlo.

A eso se le suma el impacto en los mercados a la implementación del método de fracturación hidráulica (también conocida como “fracking”), encabezada por EEUU para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo y aumentar la producción del recurso no renovable.

El nivel en la producción de petróleo en Venezuela decae por día

Pese a los esfuerzos de la cartera petrolera venezolana ante los países que integran la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, para disminuir la venta mundial del crudo, apenas lograron congelar la producción en algunas naciones.

Ello motivo al gobierno de Maduro a, después de 100 años de dependencia casi exclusiva del petróleo, a desarrollar otros sectores productivos en el país para evitar el colapso de la economía.

Los ojos del Gobierno se pusieron en el sector minero, principalmente en el denominado Arco Minero, un rica franja de minerales que ha sido explotado durante décadas de manera ilegal sin generar un solo centavo a erario público.

Intervencionismo extranjero

El jefe del Ejecutivo aseguró a principios de año que desde Colombia hay modelos que se impusieron para perturbar la vida económica: “Estos mecanismos han sido creados por laboratorios que se permiten desestabilizar sociedades independientes”.

Entre las “cabezas” de esta intervención, Maduro nombró al expresidente colombiano Álvaro Uribe, al presidente del gobierno español Mariano Rajoy (a quien ha llamado “racista, basura corrupta y basura colonialista“) y por último pero no menos importante a Estados Unidos.

La “guerra comunicacional”

El exministro de Alimentación, Carlos Osorio, aseguró a mediados de 2014 que los medios de comunicación privados intentan generar “zozobra” con información de colas para comprar alimentos en supermercados.

A esta hipótesis, ha aseverado el extitular de la cartera alimenticia, que de “haber cola” en algún establecimiento, se debía a la existencia de alimentos “de sobra”.



El exdiputado Jesús Faría ratificó este argumento y calificó de “exageración” la cobertura de los medios.

Durante una entrevista en VTV indicó: “Así como la guerra económica sirve de caballo de troya a una profunda guerra comunicacional, psicológica, de terror y tenebrosa que magnifica, tergiversa e invierte las causas de los problemas que existen; las fuerzas revolucionarias no pueden descansar en el esfuerzo de que la verdad se imponga a la mentira”.

“Hay cola porque hay bastante dinero”

Sobre el tema de las colas para adquirir alimentos y otros productos de aseo personal, varias han sido las explicaciones del gobierno sobre lo que causa este fenómeno, una de ellas la ofreció el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz desde el estado Anzoátegui en 2015, entonces gobernado por él.

Señaló que las colas que se observan en los supermercados para adquirir productos de la cesta básica se deben a una “guerra psicológica” y, además, a que las personas tienen dinero.

“Las colas tienen distintas razones. La primera de ellas es la guerra psicológica porque el que no tiene plata no va hacer cola. Todo el que hace cola es porque tiene real. Y en segundo lugar todo el que hace cola es porque hay productos”, sostuvo durante una entrevista en el canal Globovisión, según reseñó La Verdad en enero de 2015.

Infiltrados

El presidente de la República aseveró en cadena de radio y televisión el 4 de mayo de 2015 que la violencia ocasionada en algunos establecimientos y las mismas colas eran producto de “saboteos” de “infiltrados” de la oposición.



La diputada a la Asamblea Nacional, Tania Díaz, ratificó en enero de 2015 esta idea, tras afirmar que la oposición envía gente pagada a hacer colas para desestabilizar.

“Este fin de semana había gente, mandada por algunos partidos, principalmente por Voluntad Popular y de Antonio Ledezma, que se iban a las colas a llamar al saqueo, lo hicieron en varios sectores de la ciudad capital”, señaló la parlamentario según lo reseñado por Unión Radio.

A Díaz se le sumó Ernesto Villegas, quien fuera candidato por el Psuv en las elecciones legislativas, al sostener que “ahora los mismo hijitos de papá están infiltrando gente en las colas para descarrilar al pueblo”.

Contrabando 2014

Maduro catalogó al contrabando de extracción de productos básicos y combustibles como “uno de los brazos de la guerra económica contra el país” e hizo un exhorto a “seguir luchando para derrotarlo” y de esa forma tener una “economía sana”.

El Saime ordenó en 2014 la deportación de 190 extranjeros acusados de hacer colas para adquirir productos que luego serían vendidos en sectores de Catia y Petare, reseñó el portal runrunes.

Sumado a esto, Maduro firmó en octubre un decreto que prohibía la venta de alimentos y productos de la cesta básica en el comercio informal y también advirtió que los ciudadanos nacionalizados que incurrieran en esta falta serían despojados de nacionalidad o de los permisos de residencia.

Cajeros en comercios

Nicolás Maduro denunció que estos eran parte de un plan que pretendía en última instancia generar un estallido social. Denunciaba el presidente que la gerencia ordenaba no colocar los productos en los anaqueles y causaba largas filas de clientes frente a las cajas registradoras al no destinar personal para operarlas.

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El Gobierno ordenó en septiembre de 2013 la ocupación de las cajas registradoras de Abastos Bicentenarios. Los voluntarios —que antes se dedicaban sólo a labores de custodia y orden público en estos establecimientos— fueron designados a trabajos de atención al público para reducir las colas. Para esa fecha, recibieron entrenamiento por cinco días para manejar las cajas registradoras y agilizar el pago en los supermercados, informó diario El Nacional.

Ataques psicológicos

La Superintendencia de Precios Justos explicó muy amablemente sus redes sociales que las largas colas en los establecimientos y supermercados se podrían deber a un padecimiento psicológico el cual denominó ‘Ristratimia’.

En un tuit de este organismo se señala que esta condición es una “situación de histeria en la que la gente no le importa qué se vende porque compra lo que sea”. De hecho el término “Ristratimia” no existe, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia.

Así como tampoco existen fantasmas que planean constantemente golpes de Estado o genocidios, potes de humo que el chavismo ha usado hasta el cansancio y que pocos venezolanos ya tratan de creer.

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