El lugar fue cerrado por el Instituto Nacional de Hipódromos desde hace casi mes y medio, luego de que se produjeron varios asesinatos contra ex empleados, ex propietarios y vigilantes ligados al sitio. En las caballerizas quedaron 486 purasangre sin ningún tipo de atención.
Algunos de los caballos se salvaron al ser trasladados por sus dueños a granjas y a otras pistas del país. Otros 250 sobreviven en Santa Rita.
“El INH, arbitrariamente, suspendió las salidas. Los que pudieron hacerlo fue durante una pequeña autorización que echaron para atrás a los pocos días”, informó una fuente anónima al periódico.
El diario indicó que el municipio donde está el hipódromo está controlado por bandas criminales que impiden que los propietarios se acerquen a la pista. También apuntó a las “supuestas trabas” impuestas por las autoridades a cargo del sitio –específicamente, el comandante del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes) de la GNB, José Romero– para ingresar los alimentos, es uno de los principales impedimentos que tienen los dueños de los animales para rescatarlos.
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